Gabrielle "Coco" Chanel (Saumur, 19 de Agosto de 1883 - Paris, 10 de enero de 1971) fue una revolucionaria diseñadora de modas y creadora de perfumes francesa. Su verdadero nombre era Gabrielle Bonheur.
Situaciones muy dispares hicieron que su vida quedase marcada por la pobreza, el abandono, el amor, la genialidad y la fama.
Situaciones muy dispares hicieron que su vida quedase marcada por la pobreza, el abandono, el amor, la genialidad y la fama.
Primeros años
Hija de un vendedor ambulante y de un ama de casa de escasos recursos, Gabrielle Chanel nació en un hospicio, el 19 de agosto de 1883. En permanente situación de escasez, sobrellevó a duras penas sus primeros años de infancia junto a sus cuatro hermanos.
Cuando tenía doce años, su madre murió víctima de tuberculosis y el padre se desentendió de ellos, enviándolos al condado de Auvergene, al cuidado de dos tías que tenían un orfanato. Por eso, su partida de nacimiento está registrada ahí con fecha de 1893.
El abandono de su padre, la muerte de su madre y la soledad espiritual marcaría para siempre la actitud de Cocó hacia la vida: «Durante mi infancia sólo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Sólo el orgullo me salvó».
Con las tías del orfelinato, Gabrielle aprendió a coser y manejar el hilo y la aguja con especial habilidad, lo que hizo que, a los 17 años, las monjas le consiguieran un empleo como costurera.
De una gran personalidad, con belleza sensualmente discreta, femenina y menuda figura, pelo corto casi varonil, nada la detuvo cuando en 1905 resolvió convertirse en cantante de un cabaret, oficio que desplegó por tres años y que la introdujo en el mundo de divertimento. De estas relaciones Coco Chanel esperaba obtener dinero para su gran sueño: ser una renombrada modista.
Hija de un vendedor ambulante y de un ama de casa de escasos recursos, Gabrielle Chanel nació en un hospicio, el 19 de agosto de 1883. En permanente situación de escasez, sobrellevó a duras penas sus primeros años de infancia junto a sus cuatro hermanos.
Cuando tenía doce años, su madre murió víctima de tuberculosis y el padre se desentendió de ellos, enviándolos al condado de Auvergene, al cuidado de dos tías que tenían un orfanato. Por eso, su partida de nacimiento está registrada ahí con fecha de 1893.
El abandono de su padre, la muerte de su madre y la soledad espiritual marcaría para siempre la actitud de Cocó hacia la vida: «Durante mi infancia sólo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Sólo el orgullo me salvó».
Con las tías del orfelinato, Gabrielle aprendió a coser y manejar el hilo y la aguja con especial habilidad, lo que hizo que, a los 17 años, las monjas le consiguieran un empleo como costurera.
De una gran personalidad, con belleza sensualmente discreta, femenina y menuda figura, pelo corto casi varonil, nada la detuvo cuando en 1905 resolvió convertirse en cantante de un cabaret, oficio que desplegó por tres años y que la introdujo en el mundo de divertimento. De estas relaciones Coco Chanel esperaba obtener dinero para su gran sueño: ser una renombrada modista.
Amante y modista
De la mano de uno de sus primeros adinerados amantes partió a París, y así en 1909 se instaló en un pequeño departamento en el Boulevard de Malesherbes donde rápidamente abrió su primera tienda de sombreros, Modas Chanel.
En 1920 instaló en Paris, en la Rue Cambon, su primera Casa Chanel.
Guiada por su espíritu libertario Coco no tuvo complicaciones para vincularse con adinerados hombres de la sociedad europea ni con estrellas del cine. Ocultó además celosamente su humilde pasado mintiendo sobre sus orígenes.
Icono de la moda
Se codeó con grandes artistas, escritores y artistas contemporáneos. Todos vieron en ella a una de las pioneras del feminismo, dispuesta a romper fórmulas y esquemas. Stravinski se enamoró perdidamente de ella, pero tuvo que conformarse con ser su amigo. Fue él quien le presentó al conde Dimitri de Rusia, con quien tuvo un apasionado romance.
Observadora innata, la estricta moda aplicada sobre las mujeres -que usaban grandes sombreros cargados de pieles de animales y flores, corsé y recargados diseños- la hizo desplegar toda su imaginería hasta convertirse en una de las grandes diseñadoras del siglo XX, tan trascendental como Christian Dior y otros grandes que la siguieron. Coco eliminó la moda recargada que imperaba, diseñando prendas muy sencillas, muy cómodas, de líneas rectas, pero con un toque de alta distinción; su moda fue rápidamente adoptada por el encumbrado público parisino. Su frase más célebre fue: «Todo lo que es moda pasa de moda».
Pese a los años de recesión, en 1931, el magnate hollywoodense Samuel Goldwin la contrató por un millón de dólares para que vistiera a sus grandes musas del celuloide como Katherine Hepburn, Grace Kelly, Elizabeth Taylor y Gloria Swanson.
Renacimiento
En 1954 y con 71 años, reabrió su casa de moda, pero ya otros diseñadores de renombre se habían instalado en su trono. Se mantuvo al frente de la firma con un extraordinario dinamismo y adaptándose a las diversas tendencias que recorrían el mundo.
Aun así, logro imponer el clásico toque de sencillez y elegancia que la caracterizaba. Se adentró además exitosamente en el campo de los perfumes, haciendo especialmente famoso el perfume Chanel número 5.
Se codeó con grandes artistas, escritores y artistas contemporáneos. Todos vieron en ella a una de las pioneras del feminismo, dispuesta a romper fórmulas y esquemas. Stravinski se enamoró perdidamente de ella, pero tuvo que conformarse con ser su amigo. Fue él quien le presentó al conde Dimitri de Rusia, con quien tuvo un apasionado romance.
Observadora innata, la estricta moda aplicada sobre las mujeres -que usaban grandes sombreros cargados de pieles de animales y flores, corsé y recargados diseños- la hizo desplegar toda su imaginería hasta convertirse en una de las grandes diseñadoras del siglo XX, tan trascendental como Christian Dior y otros grandes que la siguieron. Coco eliminó la moda recargada que imperaba, diseñando prendas muy sencillas, muy cómodas, de líneas rectas, pero con un toque de alta distinción; su moda fue rápidamente adoptada por el encumbrado público parisino. Su frase más célebre fue: «Todo lo que es moda pasa de moda».
Pese a los años de recesión, en 1931, el magnate hollywoodense Samuel Goldwin la contrató por un millón de dólares para que vistiera a sus grandes musas del celuloide como Katherine Hepburn, Grace Kelly, Elizabeth Taylor y Gloria Swanson.
Renacimiento
En 1954 y con 71 años, reabrió su casa de moda, pero ya otros diseñadores de renombre se habían instalado en su trono. Se mantuvo al frente de la firma con un extraordinario dinamismo y adaptándose a las diversas tendencias que recorrían el mundo.
Aun así, logro imponer el clásico toque de sencillez y elegancia que la caracterizaba. Se adentró además exitosamente en el campo de los perfumes, haciendo especialmente famoso el perfume Chanel número 5.
Muerte
Pero su vida solitaria dominada por la artrosis, terminó en forma tan impredecible como la vivió. El 10 de enero de 1971, sola en su departamento ubicado en el hotel Ritz, con vista a la Place Vendome, y a los 87 años. (Fuente: Wikipedia)
Pero su vida solitaria dominada por la artrosis, terminó en forma tan impredecible como la vivió. El 10 de enero de 1971, sola en su departamento ubicado en el hotel Ritz, con vista a la Place Vendome, y a los 87 años. (Fuente: Wikipedia)
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