Esta bella cabaña está situada en las montañas Catskill en Nueva York, aunque está fincada en un lote de 5.7 hectáreas, sólo mide 4,27×2,74m. no tiene cocina ni baño, tiene un pequeño ático para dormir y un pequeño porche. En la renovación se le colocaron las tres columnas que adornan la entrada, también una repisa de madera de un anticuario y un sofá de mimbre de IKEA con cojines y fundas.
La dueña, es la Sra. Foster se encargó de la remodelación.
Los detalles victorianos de rosas en los picaportes no podían faltar.
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